El Imperio estadounidense
Los EE UU ocupan militarmente muy pocos territorios, pero controlan económicamente muchos. La expansión estadounidense se realiza sobre la América latina con el apoyo indirecto a las guerras de independencia y el establecimiento de relaciones comerciales con ellas. Es notorio el caso de la expansión sobre Puerto Rico y Cuba, que intentará que formen parte de los Estados de la Unión, lo que les llevará a implicarse en una guerra contra España en 1898. Los EE UU se expanden, principalmente, hacia el oeste, a costa de México, por medio de compras y guerras, como la guerra contra México en 1848. También tendrán que entrar en guerra con los indios americanos, en las guerras indias. No faltarán en este proceso de expansión movimientos centrífugos, con dos modelos económicos diferentes: el capitalista y el esclavista de los estados del sur. Estas tensiones provocarán la guerra de secesión entre 1861 y 1865.
En 1914 se construye el canal de Panamá, como medio más eficaz y cómodo de viajar desde la costa este a la costa oeste, para lo que se implican en la independencia de Panamá, de Colombia. También se expandirá por el Pacífico, en islas como las de Hawai o Filipinas, así como por Alaska.
El modelo de imperialismo económico de los EE UU será imitado tras la descolonización, como neocolonialismo. Este modelo tiene la ventaja de poder explotar económicamente el territorio, sin implicarse en el dominio político. La Administración está en m
anos autóctonas, pero la explotación de los recursos está en manos de las empresas estadounidenses.
Como ya se ha mencionado, sobre el supuesto imperialismo del gobierno estadounidense, existen diversas consideraciones:
Dicen H. Barnes, Ch. Kepner y J. Soothill en su libro El imperio del banano:
"[...] la más interesante manifestación del imperialismo contemporáneo es, para los estadounidenses, la expansión del capital estadounidense y del poder colonial más allá de las fronteras originales de los EE. UU. (...) Fundados como una fase del primer gran período del imperialismo y de la colonización, hemos sido siempre un país imperialista desde el punto de vista del desarrollo del control sobre nuevas regiones y de la subyugación de pueblos inferiores.(...) Alrededor de 1890 acabábamos de pasar por las más importantes fases de la Revolución industrial, disponíamos por primera vez de capital y teníamos una necesidad creciente de mercados extranjeros. (...) Es natural que ante todo nos volviésemos a América Latina, justificando nuestra acción en la retórica oficial con el pretexto de la defensa de la justicia humana, pero sin dejar de aumentar las facilidades para inversiones, y sin dejar de adquirir en condiciones favorables los valiosos recursos de las tierras ocupadas. (...) Hemos estimulado a Santo Domingo, Nicaragua, Haití y El Salvador a pagar sus deudas a países extranjeros por medio de empréstitos estadounidenses, y luego hemos establecido en estos países interventores de aduana para asegurar el cobro de estos empréstitos. Para proteger a los extranjeros, mantener el orden y defender a nuestros inversionistas, hemos establecido gobiernos militares en Cuba, Haití, Santo Domingo y Nicaragua.(...)"El imperio del banano, H. Barnes, Ch. Kepner y J. Soothill.8
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