El Imperio belga
El Imperio belga es fruto de la iniciativa privada y un empeño personal de Leopoldo II. Es una empresa financiera más que política.El rey Leopoldo II de Bélgica encontró los medios para establecer lo que fue efectivamente una colonia privada. El explorador Henry Morton Stanley había vuelto de explorar la cuenca de Río Congo, y trató de interesar a Gran Bretaña para que colonizara la región, pero presentaba un ambiente hostil que la hacía difícil de conquistar para los europeos. Leopoldo II mandó a Stanley a seguir explorando el Congo y a obtener tratados con los jefes locales. Armado con estos y una fachada de las asociaciones humanitarias que prometió terminar el tráfico de esclavos, él persuadió la Conferencia de Berlín de 1884-5 en entregar el Congo a la entidad independiente que él creo, el Estado Libre del Congo, y desde entonces surgido como su único accionista.
Leopoldo II empezó a explotar la región del Congo para obtener caucho que llegó a ser uno de sus bienes valiosos. Su régimen en el Congo operó como una colonia de trabajos forzados, con el asesinato y la mutilación como castigo para aldeanos que no reunieron y suministraron la cuota de caucho que ellos fueron dados. Es estimado que millón de congoleños murieron durante esta vez.
Aunque el Estado Libre del Congo no fue oficialmente una colonia belga, Bélgica fue su beneficiario principal, en términos de su comercio, el empleo de sus ciudadanos, y de la riqueza que Leopoldo II extrajo y que fue utilizado para la construcción de numerosos edificios públicos finos en Bruselas, Ostende y Amberes. Esto llevó a él ser recordado en Bélgica como el Rey Constructor. Por la Confianza Real que él dejó la mayor parte de su propiedad a la nación.
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