lunes, 31 de octubre de 2011

El Imperio japonés

El Imperio japonés

     Japón es la única potencia no europea que logra tener un imperio. A la manera de Rusia su imperio está unificado en torno al país metropolitano, pero es un imperio marítimo. Consta, sobre todo, de su área de influencia más próxima y de los países de donde obtiene la materia prima para su industria.      Japón se expande por Manchuria, por la que entrará en guerra con China en 1890, por Manchuria y Formosa, por lo que entrará en guerra con Rusia en 1904, por Corea, etc. Su expansionismo llega hasta la segunda guerra mundial, cuando domina gran parte del sureste asiático y las islas del Pacífico. 

Historia

Con la Gran Depresión, Japón, como otros países, se convirtió en el que se ha calificado como sistema fascista. Aunque este singular sistema de gobierno era muy parecido al fascismo, probablemente debido a las diferencias culturales, también había muchas diferencias entre ambos sistemas y por eso se ha llamado nacionalismo japonés. Sin embargo, a diferencia de Adolf Hitler y de Benito Mussolini, Japón tenía dos objetivos económicos para desarrollar un imperio.
Primero, como sus homólogos europeos, nace una industria militar doméstica estrechamente controlada. En segundo lugar, debido a la falta de recursos en las islas de Japón, para poder mantener un sector industrial fuerte y con gran crecimiento, las materias primas como el hierro, petróleo y el carbón en gran parte se habían de importar. Gran parte de estos materiales llegaba de Estados Unidos. Así, por el esquema de desarrollo militar industrial y el crecimiento industrial, las teorías mercantilistas prevalentes, hacían imprescindibles las colonias. Estas eran necesarias para competir con las potencias europeas. Corea (1910) y Formosa (Taiwán, 1895) fueron anexionadas muy pronto como colonias agrícolas. Además, el hierro y el carbón de Manchuria, la goma de Indochina y los vastos recursos de China eran los principales objetivos para la industria japonesa.
Con pocos problemas, Japón invade y conquista toda Manchuria (denominada Manchukuo) en 1931. Aparentemente, Japón lo justifica para liberar a los manchús de los chinos, justamente como en el caso de la anexión de Corea, que era supuestamente un acto de protección. Como en Corea, se funda un gobierno títere (Manchukuo). Jehol, el territorio chino que hace frontera con Manchuria, fue controlado en 1933.
Japón invade China en 1937, creando lo que era esencialmente una guerra de tres ramas entre el Japón, los comunistas de Mao Zedong, y los nacionalistas de Chiang Kai-shek. Japón toma el control de muchas de las costas de China y de las ciudades portuarias, pero evitaba prudentemente las colonias europeas y sus esferas de influencia. En 1936, antes de la invasión de China, Japón firma un Tratado Anticomunista con Alemania y otro con Italia en 1937.

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